La divisa norteamericana borró parte de las bajas que tuvo en el último mes gracias a los favorables datos de inflación de junio.
Así, luego de conocerse la decisión de la Fed, según la herramienta Fed Watch de CME Group, el mercado asigna una probabilidad del 78% a que la entidad monetaria decida mantener la tasa en niveles actuales en la reunión del septiembre. Mientras que, para las reuniones de noviembre y diciembre, las probabilidades que asigna el mercado a que las tasas se mantengan son del 66% y 63% respectivamente.
Juan Manuel Franco, economista jefe del Grupo SBS, consideró que “luego del pico, el DXY comenzó a caer, en parte porque algunos países también comenzaron a aplicar políticas contractivas”.
Y auguró: “Hacia adelante, creemos que el dólar podría debilitarse más únicamente si el sendero de tasas a la baja se materializa. Hoy por hoy se descuenta que el primer recorte se daría en enero 2024, aunque la Fed podría tranquilamente aplicarlo más tarde. Creemos que la baja de tasas podría darse sólo cuando la Fed perciba que la inflación cede marcadamente, en especial en sus componentes más subyacentes, y cuando el mercado laboral norteamericano comience a mostrar debilidad, cosas que de momento no han ocurrido y que deberán monitorearse hacia adelante”.
Ariel Squeo, presidente de ICB Argentina, destacó en cuanto al impacto en emergentes: “Con la última suba, va a haber un impacto, dado que la misma puede estar escondiendo un flight to quality por una toma de ganancias generalizada en activos de renta variable y activos principalmente de riesgos, donde los emergentes van a ser más castigados aún”.